tn.com.ar/ Por Daniel Malnatti05 de mayo 2022
Fueron pilotos de caza durante la guerra y combatieron con coraje y determinación. Los dos usaban bigotes y hoy ese es el distintivo que llevan todos en la IV Brigada Aérea.
En la IV Brigada Aérea en Mendoza la mayoría de los pilotos, instructores, mecánicos y autoridades usan bigote. Lo hacen como homenaje a los dos pilotos de menor rango que murieron en la Guerra de las Malvinas. Entre el 2 de abril y el 14 de junio todos allí usan bigotes como los que lucían Jorge Vázquez y Jorge Farías la última vez que se subieron a un avión en el año 1982.
La historia del alférez Jorge Vázquez es extraordinaria. No solo porque se trataba de un muchacho de 24 años que de un día para el otro se vio en la responsabilidad de tirar bombas, cohetes y misiles a la flota inglesa en el sur del país, sino principalmente por el coraje y determinación con la que se hizo cargo de la tarea.
Su participación en la guerra fue insigne. El 12 de mayo de 1982, un destructor y una fragata inglesas bombardearon Puerto Argentino. Para contrarrestar ese ataque, la Fuerza Aérea envió dos escuadrillas de 4 aviones cada una. En una de ellas iba Vázquez con bombas de 500 kilos. La batalla fue despiadada. Los cazas argentinos lograron averiar gravemente al destructor Glasgow que tuvo que volver a Inglaterra. Pero el costo fue muy alto.
Vázquez fue el único que volvió a tierra de su escuadrilla. Los otros tres pilotos (Bustos, Ibarlucea y Nívoli) murieron en combate. Por la noche, en una reunión de lectura de los resultados con los altos mandos, el joven Vázquez contó cómo había sido la batalla.
Fue una reunión dura y sentida con quien fue el único sobreviviente de su escuadrilla. Cuando ya se retiraba (Vázquez estaba cruzando la puerta), un comodoro le tiró la última pregunta: “¿Qué va a hacer ahora alférez?”. Vázquez se dio media vuelta y respondió: “Prepararme para la próxima batalla”. Ese es el coraje del héroe que todos recuerdan.
Por su parte, el teniente Jorge Farías también tenía lo suyo. Era obstinado. El 9 de mayo de 1982 despegó junto a otros tres Douglas A-4 C Skyhawk con el objetivo de hundir al destructor Coventry. Por la importante avería que había sufrido el Glasgow (en la misión donde participó Vázquez) el destructor tuvo que regresar al Reino Unido. Si a eso le sumamos el hundimiento del Sheffield, el Coventry era un objetivo prioritario.
Las condiciones meteorológicas eran extremadamente adversas. A mitad de la misión, dos de los cuatro aviones tuvieron que regresar por problemas con el reaprovisionamiento de combustible. Pero Jorge Farías y el teniente Jorge Casco decidieron seguir con la misión.
En un momento perdieron toda comunicación con tierra. El radar de Malvinas no los registraba. Estaban volando a ciegas. Su decisión fue no abortar la misión y continuaron con un vuelo rasante. Se cree que se estrellaron contra la isla Los Salvajes. 14 días después, el 25 de mayo, una escuadrilla de aviones A-4 iguales a los que pilotearon Vázquez y Farías hundió al destructor Coventry en el noroeste de las Malvinas.
El 8 de junio los ingleses deciden desembarcar en Bahía Agradable. Y a esa batalla fue llamado nuevamente el alférez Jorge Vázquez. Los aviones argentinos del Grupo 5 de Caza lograron frenar el desembarco. Dos buques ingleses fueron destruidos y los ingleses sufrieron más de 50 bajas. Fue una gran derrota para el Reino Unido. En la batalla murieron tres argentinos. Uno de ellos fue Jorge Vázquez.
Estos dos héroes del bigote tenían 24 y 25 años. Pasaron 40 años y muchos de los jóvenes de su misma edad quieren irse del país. Homenajear a estos dos jóvenes pilotos es necesario. Porque nos recuerda el valor y la determinación de los argentinos y del futuro que tenemos como país si realmente lo queremos como ellos lo hicieron.