Caída de capturas del Calamar Loligo en Malvinas. Un Barómetro de la preocupación ambiental y creciente incertidumbre Pesquera

domingo, Julio 20, 2025

La drástica caída en las capturas del calamar Loligo en las Islas Malvinas/Falklands genera alarma en la flota pesquera gallega y suscita una creciente preocupación ambiental. Expertos, como el Dr. César Augusto Lerena, vinculan esta merma a la sobrepesca, el aumento de la temperatura oceánica y, especialmente, al impacto de las prospecciones sísmicas de hidrocarburos, cuestionando la rigurosidad de los Estudios de Impacto Ambiental.

A pesar que las capturas del calamar loligo (Doryteuthis gahi) han disminuido sensiblemente en los últimos años en las islas Malvinas/Falklands, 16 grandes buques congeladores de Vigo y Marín partieron a la búsqueda de este apreciado recurso que abastece a España y a gran parte del mercado de la Unión Europea.

¿Estamos ante un ‘Fraude Medioambiental’?

Sin embargo, hay una gran incertidumbre entre los armadores, no solo por los altos costos de las licencias en las islas, sino por el costo que significa trasladarse y operar en las aguas de Malvinas, donde, de no capturarse un suficiente volumen de esta especie habrá de significar un gran quebranto empresario, agravado por el incumplimiento de los acuerdos comerciales relativos a la provisión de este producto.

La preocupación encuentra sustento, porque en los últimos años las capturas de esta especie se han reducido en un cincuenta por ciento, como muestran las estadísticas de las Falklands Islands Government (FIG). Aunque la gravedad del problema se incrementa porque no se tienen precisiones sobre su origen y los biólogos y expertos trabajan sobre diversas hipótesis que van, desde atribuir esa disminución de las capturas a la sobreexplotación del recurso por parte de estos grandes buques que han incrementado el esfuerzo pesquero; al aumento sostenido de la temperatura del océano en la región y, también a los efectos negativos que podrían estar provocando el bombardeo sísmico aplicado a las exploraciones offshore de hidrocarburos.

Frente a este escenario de incertidumbre, SeafoodMediaGroup-FIS, publicó un artículo el pasado 8 de julio pasado, haciéndose eco de la observación de capturas erráticas de la flota pesquera española en las islas Malvinas, llamándonos la atención un comentario surgido en los propios medios de prensa gallegos, que vinculaban la merma del calamar Loligo con las prospecciones de hidrocarburos y gas tanto en las aguas en la parte meridional del Atlántico Sur, en Malvinas, como en las aguas continentales de Argentina.

Con la idea de esclarecer estas afirmaciones, entrevistamos al experto en Atlántico Sur y Pesca el Dr. César Augusto Lerena, quien a través de la Fundación Agustina Lerena y el Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL); ambas Instituciones que preside, se dedican a la investigación de las cuestiones relativas a los recursos naturales y el medio ambiente; con el objeto, de conocer su perspectiva al respecto.

La evaluación del Impacto Sísmico y el Calamar Loligo

(SeafoodMediaGroup-FIS) (SMG): Según reportaron, los medios gallegos relacionan la disminución del calamar Loligo con las prospecciones hidrocarburíferas y gasíferas en el Atlántico Sudoccidental. Teniendo en cuenta su experiencia en el tema ¿qué opinión le merece esta posible conexión? ¿Existen evidencias o estudios que respalden esta preocupación?

Dr. César Augusto Lerena, Fundación Agustina Lerena (CAL-FAL): El impacto negativo de las adquisiciones sísmicas, dependiendo de las especies y sus distintos estadios biológicos, ha sido analizado por distintas organizaciones y expertos en el mundo. Más allá del efecto que sobre el ecosistema argentino podría ocasionar la pesca en Malvinas, de los informes publicados se desprende que no se han reducido las capturas de las especies en general en las aguas del archipiélago, salvo, de la especie Loligo. En este caso -incluso- la temporada de 2024 estuvo marcada “por la particular decisión de no abrir la segunda temporada de este calamar en Malvinas debido a la baja biomasa”, basado en la baja disponibilidad del recurso- por lo cual en el año 2024 solo capturó 48.888 toneladas, volumen que fue el más bajo registrado desde 2016, contrastando totalmente con las capturas de otras especies.

Es posible entonces, atribuir a las exploraciones sísmicas que se realizan, tanto en el área de Malvinas (Norte/Centro Sea Lión) como en las cuencas austral marina (6 subáreas de 86.000 Km2); Malvinas Oeste (18 subáreas de 14.000 Km2) y Cuenca Norte (14 subáreas de 100.000 Km2) del Atlántico Suroccidental, ya que, si bien los estudios internacionales no son absolutamente concluyentes, estas exploraciones podrían dañar significativamente los estadios larvales y juveniles del calamar afectando gravemente su ciclo biológico y, frente a la reducción de las capturas de este calamar citadas, correspondería analizar si los estudios de impacto ambiental son suficientemente certeros y tomar las medidas precautorias frente a una hipotética depredación o dispersión grave de la especie.

Eventuales contradicciones en las Evaluaciones Ambientales

(SMG): Existiendo estudios que demostrarían que el bombardeo sísmico afecta de diversas formas a las especies marinas, en especial al calamar loligo, ¿cómo explica que los estudios sobre el impacto ambiental de la consultora Serman y Asociados para las empresas Shell y Equinor, les haya permitido a éstas realizar y dar continuidad a las adquisiciones sísmicas en el Atlántico Sur? ¿Hay discrepancias en los criterios de evaluación o estos estudios no alcanzan a garantizar que no haya un impacto sobre las especies?

(CAL-FAL): La adquisición sísmica es un proceso que -en términos generales- implica generar y registrar ondas sísmicas para estudiar el subsuelo en el proceso anterior a la explotación de hidrocarburos. Requiere de estudios de impacto ambiental previos que a -nuestro juicio- no deberían ser encomendadas por las empresas beneficiarias; pero, hasta la adaptación de un mecanismo de selección adecuada, los organismos técnicos competentes del Estado deberían no solo evaluar los procesos teóricos, sino diseñar y dirigir las operaciones prácticas destinadas a garantizar que no se produzcan efectos negativos a las especies que pueden estar alcanzadas en forma directa o indirecta por las operaciones petroleras; cuestión, que en la Argentina no se ha realizado porque el INIDEP no solo no ha sido el órgano director de la ejecución sino que tampoco se lo ha dotado de los medios económicos suficientes para ello y éste –además- en un evidente conflicto de responsabilidades con otro organismo del gobierno, no ha presupuestado el trabajo a las empresas interesadas en la tarea. En consecuencia, los Estudios de Impacto Ambiental (EsIA) en el Atlántico Suroccidental no han pasado de la fase teórica y, ello, evidentemente resulta -a nuestro juicio- insuficiente, para garantizar procesos seguros y sostenibles para las especies más sensibles de la región, como es el caso –entre otros- del calamar loligo.

Assessing the Impact of Seismic Surveys on South African Fisheries By David Russell 

Nuestra Fundación viene observando este tipo de exploraciones sísmicas y analizando los estudios de impacto ambiental realizados en distintos países, como Noruega, Sudáfrica, Brasil, México, Namibia y, por cierto en Argentina, cuando en el 2010 la Cía. Rockhopper Exploration inició la prospección en la cuenca norte de Malvinas, descubriendo el yacimiento Sea Lion y, a partir del año 2018 cuando el gobierno argentino licitó la explotación de unos 225.000 Km2 para la explotación offshore de petróleo, adjudicando áreas a las empresas ExxonMobil, Total, Shell, Equinor y YPF.

En el país, analizamos los estudios de Impacto Ambiental (EsIA) realizados para las empresas Shell y Equinor y observamos que -a nuestro juicio- no estarían dando las suficientes garantías para asegurar que las acciones sísmicas no afecten cuestiones relativas a la supervivencia o distribución del calamar loligo. Del análisis de estos EsIA hemos podido verificar que –entre otras cosas- no se ha tenido en cuenta el impacto sobre el total de las especies pesqueras comerciales; en especial las migratorias; ausencia de evaluación in situ de áreas y especies críticas; deficiencias metodológicas; falta de rigor científico; referencias desactualizadas e, información insuficiente o errónea; carencia de medidas precautorias, de prevención, mitigación y compensatorias, etc.

La industria energética internacional viene enfrentado serios cuestionamientos (Por ejemplo, Tribunal Superior de Makhanda, Sudáfrica, 2022; Namibia, 2021-2025), por falta de suficiente difusión pública y estudios de impacto ambiental insuficientes, que podrían deberse, a una falta de idoneidad de las empresas o a la selección de consultoras “a medida” que generan informes de impacto ambiental superficiales y sesgados que darían la impresión de cumplir con meras formalidades diseñadas para cumplir procesos burocráticos -desnaturalizando el objeto de estos estudios- y obtener las aprobaciones de los gobiernos, que se repiten como prototipos. Ello, lo hemos podido verificar en algunos de los estudios analizados; circunstancia que genera preocupación por el impacto en especies sensibles como el calamar loligo (Doryteuthis gahi), cuyo declive en Malvinas, causa gran inquietud ante la falta de certezas científicas y, esta inquietud, adquiere significación cuando se trata de esta especie, porque según estudios científicos in vivo se indica que sufre serias alteraciones en su comportamiento y desarrollo debido a actividades como las prospecciones sísmicas y, ello, es una cuestión grave, porque no solo aumenta la imprevisibilidad en la disponibilidad de la especie, sino también en las empresas que van tras ella, a quienes se le agregan factores petroleros extra pesqueros que agravan la complejidad de la actividad y le quitan rentabilidad. Cualquier duda en la seriedad de los estudios de Impacto Ambiental en las exploraciones sísmicas es grave y, hay dudas y no hay acciones precautorias que se correspondan frente a una disminución o alteración en las capturas del recurso.

¿Estamos ante un “Fraude Medioambiental”?

(SMG): Considerando que los trabajos de prospección submarina con adquisición sísmica se están llevando a cabo sin un conocimiento exacto de todas las consecuencias para la fauna marina, y basándonos en su análisis, ¿podríamos estar ante un escenario de “fraude medioambiental”? ¿Cuáles serían las implicaciones de tal afirmación?

(CAL-FAL): Hay varias cuestiones a tener en cuenta. La primera, que al momento de licitar las áreas mencionadas destinadas a la explotación petroleras offshore no se habían realizado previamente estudios de impacto ambiental. Estos estudios se comenzaron a realizar con posterioridad a las adjudicaciones. Es decir, no se valoró con anterioridad la existencia de poblaciones pesqueras ni los ciclos migratorios de las especies y sus efectos en el ecosistema, ni los pueblos del litoral marítimo que viven de la explotación de estos recursos. La segunda, que, en base al error fundacional, al momento de realizarse los estudios de impacto ambiental y pese a las observaciones que formularon las asociaciones empresarias y gremiales pesqueras e incluso los dictámenes de investigadores del INIDEP -a nuestro juicio- los estudios fueron absolutamente insuficientes, limitados como dijimos al campo de la teoría, pese a los numerosos antecedentes internacionales que, para llevar adelante las explotaciones petroleras, previamente, se realizaron pruebas, verificando in situ, el comportamiento específico y eventuales daños a cada especie. En tercer lugar, como hemos dicho, las propias empresas deben costearse los estudios; pero éstos deben realizarse a través de organismos científicos independientes, garantizando imparcialidad y rigurosidad científica en los hallazgos y, en cuarto lugar, no se han tomado suficientes medidas precautorias o como el caso de Noruega se han efectuado compensaciones económicas a las empresas pesqueras afectadas.

¿Se estaría cometiendo fraude ambiental? Por acción u omisión, entendemos que podría configurarse esta figura; en especial si no se profundizan los estudios relativos a la sostenibilidad de las especies; se produce una inmediata reformulación de las medidas de protección, eventual reparación y las acciones precautorias indispensables hasta no tener una certeza científica. Las implicaciones pueden ser gravísimas desde el punto de vista ambiental y económico.

Precedentes Internacionales y Experiencias de Pesca

(SMG): ¿Qué experiencias se han documentado en otros países o regiones del mundo respecto a los impactos de las prospecciones sísmicas en las poblaciones pesqueras, y específicamente en la actividad pesquera? ¿Existen casos donde se hayan registrado efectos negativos significativos en las capturas o en el comportamiento de las especies objetivo?

(CAL-FAL): Hay numerosos casos documentados en el mundo y los propios estudios de impacto ambiental citan algunos de ellos y, como hemos citado, en Noruega, que dispone de una de las legislaciones más avanza en la materia, compensa los daños a las empresas pesqueras; aunque, debemos decir, que ello resulta insuficiente y deben realizarse acciones de mitigación ante eventuales daños ambientales.

Se registran importantes daños a la actividad pesquera por las exploraciones sísmicas petroleras, donde se indica que las ondas sísmicas causarían lesiones a los peces, como daños en órganos auditivos, tejidos y sistemas nerviosos. Mortalidad en larvas y juveniles y, alteraciones en el crecimiento y la reproducción. Por ejemplo, en Australia se mostraron alteraciones en el zooplancton que disminuyó hasta un 60% tras los impactos sísmicos. En Noruega (1990/2020) disminuyeron las capturas de bacalao y eglefino. En general en el atún, merluza y bacalao se han detectado modificaciones en la distribución migratoria. En el Mar del Norte también se registró en el año 2000 una reducción de entre el 40 y el 80% ante las acciones sísmicas. Otro tanto en el Golfo de México. Ya se mencionaron los casos de Sudáfrica y Namibia.

En el caso particular del Calamar Loligo (Doryteuthis gahi); teniendo en cuenta su distribución biológica y pese a no haber casos específicos constatados con anterioridad, hay evidencias suficientes de que la especie es vulnerable a los impactos sísmicos y, desde hace varios años, se verifica una sensible disminución de las capturas en Malvinas que, bien podría atribuirse a las exploraciones sísmicas petroleras, ya que coincidentemente con las primeras exploraciones sísmicas que se realizan en la región, se inicia la disminución o irregularidad en las capturas de esta especie. Además, hay evidencias sobre los impactos en el Loligo que, “son altamente sensibles a las vibraciones acústicas debido a su sistema nervioso y órganos sensoriales, como el estatocisto que detecta vibraciones y cambios de presión, afectando el equilibrio y la orientación, reduciendo la capacidad de nado y capturas de presas” (Scientific Reports, 2019); agregando, además, que los ruidos pueden provocarle estrés y abandono de las áreas de reproducción y alimentación. Es decir, podría verse interferido el desove y la cadena trófica al afectarse el zooplancton. Es muy probable también, que, si se los correlaciona con las especies Loligo vulgaris y Sepioteuthis sepioidea, el Loligo gahi tenga los mismos comportamientos ante las exploraciones sísmicas: escape, aumento del consumo energético y reducción de la eficiencia alimentaria. El cambio de la distribución y su disminución podría afectar la cadena alimentaria de las especies que se encuentran en las aguas de Malvinas, como la Merluza Austral; Merluza Negra; Abadejo; Merluza de Cola y otras.

La preocupación sectorial también estriba que los estudios de impacto ambiental -como referimos- no estarían garantizando la sostenibilidad de las especies y el caso más evidente podría ser el loligo.

La Necesidad de Estudios de Impacto Ambiental Continuos y Rigurosos

(SMG): Entonces, según su perspectiva, ¿considera que deberían realizarse estudios de impacto ambiental de forma más seria, con mayor profundidad y de manera continua? ¿Propone un modelo de evaluación en tiempo real que permita utilizar la experiencia para corregir y mejorar cualquier aspecto necesario?

(CAL-FAL): Por lo dicho no cabe ninguna duda. Todos los estudios hay que optimizarlos, los que se implementen en el futuro y los vigentes y, en estos últimos, se requiere actuar con urgencia, porque las pérdidas biológicas y económicas pueden ser de magnitud y en algunos casos irreversibles. El estudio de impacto ambiental (EsIA) no puede ser una fotografía frente a un recurso vivo y migratorio, por lo tanto, los estudios no deben ser exclusivamente teóricos sino practicados in vivo y continuados; llevando adelante las mejoras y corrección de los desvíos. Además de ello, la actividad petrolera offshore puede ser positiva para la economía del país y la región; pero debe armonizarse con la actividad pesquera. Podría empezar por analizar el modelo noruego, de coparticipación y compensación; que, si bien debe perfeccionarse y adaptarse a las especies y a la región, es interesante, porque empieza por entender que una actividad productiva no puede provocar un perjuicio a otra y menos aún, cuando la explotación pesquera la precede y se ha montado una gran industria a su alrededor, generadora de empleos y desarrollo poblacional.

Acciones Futuras de la Fundación Agustina Lerena

(SMG): Finalmente, ¿la Fundación Agustina Lerena, que usted preside, tiene previsto llevar adelante alguna medida en relación con esta problemática? ¿Qué pasos está considerando para abordar estos desafíos y proteger los recursos marinos?

(CAL-FAL): Como hemos dicho, nuestra Institución no está en contra de la actividad petrolera offshore, en tanto y en cuento sea realizada en forma responsable ambientalmente. Nosotros entendemos que todas las actividades –de cualquiera naturaleza- deben ser realizadas en un equilibro con la sostenibilidad de las especies y el cuidado del medio ambiente. En este caso el medio marino. En ese sentido, ya hemos iniciado las acciones necesarias para que todas las empresas petroleras que operen en el Atlántico Suroccidental operen respetando toda la legislación internacional y nacional ambiental; pero, profundizando, cuestiones que se vienen pasando por alto en los Estudios de Impacto Ambiental (EsIA), porque estos instrumentos de seguridad, como dijimos, no pueden transformarse en presentaciones burocráticas con el mero efecto de obtener las aprobaciones para iniciar las explotaciones petroleras; sino, que deben asegurar operaciones sostenibles a partir de los impactos sísmicos hasta las exploraciones petroleras y su posterior comercialización, compatibilizando las explotaciones pesqueras a perpetuidad en la región.