Por www.escenariomundia.com – 19/11/2025

El patrullero británico FPV Lilibet hace escala en Uruguay y refuerza la logística británica en el Atlántico Sur, tras arribar al puerto de Piriápolis para una parada técnica no prevista motivada por condiciones meteorológicas adversas. La embarcación, que opera habitualmente en torno a las Islas Malvinas, utilizó aguas uruguayas como refugio y punto de mantenimiento antes de retomar sus patrullas en la zona de pesca del Atlántico Sur.

Foto: Mario Invernizzi
De acuerdo con la información publicada por el portales uruguayos, el FPV Lilibet llegó a Piriápolis el 17 de noviembre, fuera de su área normal de operaciones, con el objetivo de inspeccionar el casco, realizar controles de rutina y esperar repuestos esenciales. La escala, presentada como una maniobra puramente técnica, se inserta sin embargo en un patrón más amplio de uso de puertos uruguayos como apoyo a la operatoria británica en el Atlántico Sur y en el entorno de Malvinas.
El FPV Lilibet es un patrullero Damen Stan 5009 construido en 2022 por Damen Shipyards y registrado bajo bandera del Reino Unido. Con 50,2 metros de eslora, velocidad máxima cercana a 28 nudos y autonomía de hasta 42 días a velocidad de patrulla, fue concebido para vigilancia marítima, control pesquero y misiones de búsqueda y rescate (SAR). El buque reemplazó al antiguo patrullero Protegat y opera bajo un contrato de 15 años con la empresa Seagull Maritime Ltd., a través de la firma local Larus Dominicanus, con base en las Islas Malvinas, en una zona cuya soberanía la Argentina mantiene en disputa.

Crédito: MarineTraffic
La misión declarada del Lilibet es combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada en torno al archipiélago, donde el gobierno isleño obtiene alrededor del 65 % de sus ingresos de la venta de licencias de pesca y de la explotación de recursos como el calamar ilex por parte de flotas asociadas de España, Corea del Sur y Taiwán. El buque cuenta con una lancha rápida tipo RIB capaz de alcanzar los 38 nudos, capacidad logística para operar hasta 60 días con provisiones a bordo y una plataforma apta para operaciones de helicópteros ligeros, lo que le otorga un perfil operativo alto para operaciones de control y abordaje.
Aunque habitualmente navega desarmado, el Lilibet mantiene montajes a babor y estribor para ametralladoras calibre 12,7 mm y realiza patrullas en las que participa personal de la Real Armada Británica. El patrullero funciona como herramienta de presencia constante en la zona económica controlada por las autoridades isleñas, articulando vigilancia, disuasión y apoyo a las actividades de las flotas autorizadas bajo régimen británico. Su combinación de alcance, autonomía y capacidades SAR lo convierte en un nodo relevante del dispositivo marítimo en Malvinas.
Uruguay como nodo logístico de una red en expansión
La escala en Piriápolis se suma a un conjunto de movimientos que consolidan a Uruguay como pieza discreta pero funcional de la red logística británica en el Atlántico Sur. En los últimos años, el puerto de Montevideo se convirtió en escala recurrente para el buque polar RRS Sir David Attenborough y para otras unidades de apoyo, mientras aeropuertos uruguayos fueron utilizados como tránsito en vuelos militares entre Malvinas y la región. El uso de Piriápolis por parte de un patrullero dedicado al control de la pesquería vinculada al archipiélago encaja en ese esquema, ahora trasladado también al segmento de vigilancia marítima.

El buque polar cientifico británico, amarrado en el puerto de Montevideo, el 8 de noviembre de 2024. Agenda Malvinas
En términos políticos, la operación vuelve a poner de relieve la tensión entre el reclamo argentino sobre Malvinas y la proyección británica sostenida en el Atlántico Sur. Mientras Buenos Aires insiste en la necesidad de reanudar negociaciones de soberanía en el marco de Naciones Unidas, Londres consolida una infraestructura de apoyo basada en acuerdos logísticos con terceros países. En ese tablero, puertos como Montevideo o Piriápolis —al igual que Punta Arenas en Chile— funcionan como extensiones de hecho de la cadena de abastecimiento vinculada al archipiélago y su zona de pesca.
Para la Argentina, la presencia del FPV Lilibet en un puerto uruguayo reitera una constante que ya se observa en el tráfico de buques científicos, rompehielos y aeronaves de transporte militar: la capacidad del Reino Unido de sostener su dispositivo en Malvinas y el Atlántico Sur mediante una red flexible de escalas regionales. El episodio, presentado como una escala técnica motivada por el clima, confirma que los instrumentos de control pesquero del gobierno isleño también cuentan con opciones de refugio, mantenimiento y reabastecimiento más allá del propio archipiélago.