DIRIGIÓ SERIE Y DOCUMENTAL SOBRE LAS ISLAS
|30/03/2022
El realizador se propuso varias veces avanzar hacia otras temáticas, pero el archipiélago y su historia ejercen cierto magnetismo sobre su trabajo. El martes se exhibirá “Exilio de Malvinas” en la sala de la Biblioteca Sarmiento.
El realizador cinematográfico Federico Palma quiere desprenderse de Malvinas como temática, pero no puede, aunque en un punto, aquel deseo de abandono tampoco es tan firme. Después de dirigir la serie “Piratas, pastores, inversores” y el documental “Exilio de Malvinas”, quiso avanzar hacia proyectos de ficción, pero en concreto, la carpeta que está sobre su mesa de trabajo se titula “No son una guerra”. De prosperar, explicitará que las islas no se limitan a los sucesos que mediaron entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. Son bastante más que eso.
Palma suma sus propios sinsabores a los traumas generales que significa para las y los argentinos, evocar Malvinas. “Después de las experiencias de Piratas…, de Exilio…, de ponerle muchas fichas al tema de Malvinas y de la extranjerización de la tierra, quedé bastante decepcionado por cierto efecto de censura”, compartió. El realizador padeció esa suerte de silenciamiento con las dos realizaciones, aunque la segunda se hiciera del primer premio en su categoría en el FAB 2016.
La falta de difusión “me había pinchado y, por otro lado, había una cuestión más personal. Dije: bueno, cortémosla un poco con Malvinas y vamos a explorar otras cosas. Tenía ganas de hacer ficción, pero la coyuntura del macrismo y del post macrismo no me resultó para poder encarar otros proyectos más ambiciosos. Entonces, estuve dando vueltas de nuevo con el documental, con (el productor) Carlitos (Piacentini) estábamos con ganas de renovar el tema de la tierra en Patagonia y el de los pueblos originarios”, compartió.
Pero el calendario tiene su peso y se venía el cuadragésimo aniversario. “Yo siempre le escapé al tema de los excombatientes por más que tengo muy buena relación y amigos entre ellos, porque me pareció que era un tema trillado, casi al punto del abuso. Aparte, está atravesado por la cuestión castrense, que tampoco me entusiasma demasiado, pero en 2019, me volví a encontrar con compañeros excombatientes y surgió la idea de hacer un proyecto diferente”.
En esa oportunidad, Palma y su gente cercana pensaron en una iniciativa “más relacionada con la realidad virtual y el 360, sobre lugares de Malvinas: ir a Malvinas, filmarlos y verlos en esos entornos de video en 360 inmersivos para, de una forma poética, traer a Malvinas más cerca a través de la virtualidad”, definió. “Había arrancado con eso, con el apoyo de un centro de excombatientes de Buenos Aires y bueno, en marzo de 2020 pasó lo que pasó con la pandemia y el tema quedó ahí”. Lamentablemente, sobre todo para quienes nunca pisamos las islas.
Sin embargo, Malvinas volvería a golpear la puerta del realizador barilochense. “El año pasado hubo un concurso y me llamaron desde Buenos Aires para ver si estaba interesado en presentar algo, porque hasta en las bases, estaba la idea de privilegiar proyectos que tuvieron que ver con Malvinas. Empecé a trabajar con una idea que está ahí, de hecho, la tengo a la vista acá, sobre la mesa. Se llama No son una guerra”, confió.
En este caso, “la idea es resaltar que las Malvinas no son una guerra, son un territorio y una historia que no empieza ni termina en 1982. Acá sí la idea es trabajar con los excombatientes, con la historia de Malvinas y con la argentina”, adelantó Palma. Así que, en definitiva, “estuve tratando de volver a Malvinas, a veces sin quererlo, otras veces sí, porque también me gustaría trabajar sobre otros temas”, recordó.
La relación entre el realizador y el archipiélago se renovará desde la perspectiva del público porque “va a haber una proyección de Exilio… en la Biblioteca (Sarmiento) la semana que viene”. Se programó para el próximo martes (5 de abril) a las 19, en la sala de la Usina Cultural del Cívico. En forma casi simultánea, “Radio Nacional va a hacer unos micros sobre Piratas… Pasaron 10 años desde que se debió estrenar en Encuentro y no se estrenó por cuestiones políticas y bueno, seguimos igual o peor, en cuanto a lo que nos pasa a los argentinos con Malvinas”, lamentó.
Más allá de esas impresiones, “cuando viajamos a Malvinas en 2011, volví con las ganas de volver”, admitió el realizador. “Me pareció un lugar alucinante, por todo lo que tiene como archipiélago, como cosa atlántica. Es bastante parecido a Tierra del Fuego, pero más plano y bien oceánico”, describió. “La idea con Exilio… era volver a Malvinas. A veces lo digo en joda, pero lo tengo que asumir: quería hacer esa película porque quería volver a Malvinas a filmar”, señaló.
Pero la estrechez del presupuesto definió otra cosa, “así que también sigo con ese pendiente: volver a Malvinas. Para los que vieron Exilio…, James Peck está viviendo allá de vuelta y te diría que mi vinculación con Malvinas pasa muchísimo por James y la conexión que, de alguna manera, compartimos con la naturaleza y con la Patagonia”. Da la impresión de que, más temprano que tarde, se saldará esa asignatura.