Por Newsroom Infobae
06 May, 2024
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha admitido que el litigio territorial a cuenta de las islas Malvinas no tiene “solución instantánea”, asumiendo que el archipiélago está a día de hoy “en manos de Reino Unido” y que cualquier avance puede llevar aún varias décadas. Reino Unido y Argentina libraron en 1982 una guerra por el control del archipiélago y, aunque ‘de facto’ las Malvinas están bajo soberanía británica, los mandatarios argentinos siempre han evitado cualquier tipo de concesión dialéctica a Londres. De hecho, el propio Milei ha señalado en otras ocasiones que las islas “son argentinas” y hace algo más de un mes, en el aniversario del conflicto, abogó por cerrar “una hoja de ruta clara para que las Malvinas vuelvan a manos argentinas”. El ministro de Exteriores británico, David Cameron, visitó el archipiélago en febrero de este año, un gesto que derivó en una protesta diplomática en Buenos Aires pero al que Milei tampoco ha querido darle más importancia en una entrevista a la BBC. “Si el territorio está en manos de Reino Unido, tiene derecho a ir. No creo que sea una provocación”, ha asegurado. En este sentido, el presidente argentino ha criticado a los políticos argentinos que se han limitado a reivindicar la soberanía “sin resultados” y ha matizado que, si bien no dará un paso atrás en estas reclamaciones históricas, tampoco buscará iniciar un “conflicto” con Reino Unido, según los extractos difundidos por la BBC. Será, ha explicado, “una negociación a largo plazo”, que “llevará tiempo”. El presidente ha admitido con un “por supuesto” que podría tratarse de un proceso de décadas, como el que en su día supuso la cesión de la soberanía de Hong Kong a China por parte de Reino Unido. ALABANZAS A THATCHER Milei ha vuelto a dedicar algunas buenas palabras durante esta entrevista a la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, bajo cuyo mando Londres llevó a cabo la guerra de las Malvinas, pese a que unas declaraciones similares en campaña ya le costaron críticas. “Criticar a alguien por su nacionalidad o su raza es muy precario en términos intelectuales. He escuchado muchos discursos de Margaret Thatcher. Era brillante. ¿Cuál es el problema?”, ha planteado.