A pesar del esfuerzo por crear una pretendida identidad “nacional” isleña, una población de estas características no configura un “pueblo” separado como sujeto del derecho de libre determinación.
El pasado 28 de febrero se publicaron los resultados finales del censo 2021 en las Islas Malvinas. Los datos revelan elementos muy interesantes que desnudan el control migratorio británico sobre la población isleña y su uso político por Londres.
Desde la ocupación ilegal de las Islas Malvinas en 1833, la estrategia británica fue clara: la utilización de la población como un instrumento para evitar cumplir con sus obligaciones internacionales de poner fin al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones y solucionar las disputas por medios pacíficos.
En la actualidad la propaganda británica hace esfuerzos denodados para intentar demostrar que la población establecida por Londres es “multinacional”. El objetivo es tratar de separarla del hecho de fuerza británico para poder justificar una falsa aplicación del derecho de libre determinación de los pueblos a los habitantes de Malvinas.
La falacia actual, tendiente a hacer aparecer a la veintena de personas que quedaron en las islas luego del desalojo argentino como el núcleo originario de la población actual, no tiene asidero alguno. El acto de fuerza de 1833 frustró la continuidad de la mayor empresa de civilización en las islas en toda su historia, para suplantarla por la colonización británica.
No importa cuantas generaciones lleven los isleños habitando las Islas Malvinas sino las circunstancias en las que las habitan. Su presencia es producto de un acto ilegal contrario al derecho internacional de la época, el que la Argentina nunca consintió.
Pero veamos con más detenimiento los fríos números recientemente publicados del censo del 2021 que son elocuentes. Llama la atención la demora en la publicación del informe final tras luego de 3 años del haberse llevado a cabo el estudio.
La población residente que estuvo presente en la noche del censo asciende a 3.142 en total. De acuerdo con el censo del año 1911 la cantidad de habitantes ascendía a 2.272, por lo tanto, en un lapso de cien años la misma solo aumentó de un casi 28% (y descendió un 1,9% en relación con el censo de 2016).
Según el censo la cantidad de personas que nacieron en las islas y que habitan en ellas asciende a 1.247, mientras que aquellas nacidas fuera de las Islas son 1.895 y de esas las nacidas en el Reino Unido ascienden a 780 (sin incluir al personal militar y civil de la base de Monte Agradable).
En un período de 75 años (1946-2021) la población nacida en las Islas Malvinas descendió un 38% (de 2001 habitantes a 1247) mientras que aquella nacida en el Reino Unido en ese mismo período de tiempo aumentó un 475% (de 164 habitantes a 780).
Tomando como base a las 3.142 personas que habitan las islas, la cantidad de nacidos en ellas representa poco más del 39% de la población, es decir, menos de la mitad de la población actual de las islas nació en ellas mientras que la mayoría (61%), provienen de otros países. Es decir, hoy los isleños nacidos en Malvinas son una minoría en las propias Islas.
La base militar cuenta con 324 habitantes (sin contar el personal militar). Es decir, se trata del segundo “poblado” de las Islas. Puerto Argentino acumula a la mayoría de la población de las Islas con 2.538 habitantes. Luego, 149 habitantes viven en el resto de la Isla Soledad y solo 95 personas en la Isla Gran Malvina.
De acuerdo con el censo del año 1911 la cantidad de habitantes en Malvinas ascendía a 2.272, por lo tanto, en un lapso de 110 años la misma solo aumentó un 27%.
Si tomamos como ejemplo de comparación a la Provincia de Tierra del Fuego (provincia con jurisdicción sobre Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y la Antártida Argentina), de similares características geográficas y climatológicas, la misma pasó de tener 2.504 habitantes en el año 1914 a contar con 185.732 personas en el año 2021 (sin contar los territorios usurpados por el Reino Unido), es decir más de un 7000%.
Solo los ciudadanos británicos, que ascienden al 51%, tienen plenos derechos (entre ellos votar y ser elegido para la pretendida “asamblea legislativa” así como poder adquirir tierras). Los trabajos menos rentables son ejecutados por inmigrantes venidos de Chile, Filipinas y de Santa Elena.
A todo ello se agrega la discriminación hacia los ciudadanos argentinos que va desde la prohibición de adquirir tierras hasta la exclusión de comercio con el continente argentino, de Aerolíneas Argentinas o de los vuelos directos con el territorio continental argentino.
Ahora bien, los isleños no tienen el derecho de decidir una controversia entre la Argentina y el Reino Unido. No son una tercera parte en la disputa de soberanía, pero son sin duda un elemento esencial en la solución de la misma.
Que los habitantes actuales de Malvinas no constituyan un pueblo separado con derecho de libre determinación no quiere decir que no gocen de otros derechos. Por supuesto, son titulares de derechos humanos, tanto individual como colectivamente. La Argentina ha inscrito en su Constitución que el respeto del modo de vida de los habitantes es una condición a la que se obliga.
Sin embargo, este nuevo censo demuestra que la población de Malvinas constituye un conjunto poblacional predominantemente temporáneo, constantemente renovado, con un crecimiento demográfico completamente artificial.
A pesar del esfuerzo por crear una pretendida identidad “nacional” isleña, una población de estas características no configura un “pueblo” separado como sujeto del derecho de libre determinación.
Facundo D. Rodriguez es abogado, magister en relaciones internacionales, docente de derecho internacional (UBA-USI-UNDEF)