Cronista, 9 de Febrero de 2022
La canciller británica protestó por el apoyo que China dio a la Argentina para reanudar negociaciones sobre la soberanía. Mientras tanto, el Gobierno reclama a la Unión Europea que se manifieste a favor del diálogo, y respondió a la funcionaria de Boris Johnson.
- A poco de cumplirse cuatro décadas del conflicto del Atlántico Sur, la relación entre la Argentina y el Reino Unido atraviesa en esta esfera un momento de creciente tensión.
Luego del encuentro bilateral del presidente Alberto Fernández con su homólogo chino, Xi Jinping, y el apoyo que Beijing dio a la reanudación de conversaciones sobre la soberanía de las Islas Malvinas “a la mayor brevedad”, el gobierno del primer ministro Boris Johnson protestó en duros términos contra el país asiático y lanzó una advertencia hacia la Casa Rosada.
La canciller británica, Liz Truss, aseguró que el gobierno de la reina Isabel II “rechaza por completo cualquier cuestionamiento sobre la soberanía de las Malvinas”, a la que consideran “parte de la familia británica”.
RÉPLICA Y PRESIÓN SOBRE LONDRES
La respuesta argentina no tardó en llegar. De misión en Bruselas, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, contestó a la ministra británica que “el Reino Unido debe respetar el derecho y el llamado de la comunidad internacional”, y reclamó que su gobierno se avenga a cumplir con las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Comité Especial de Descolonización, llamando al diálogo y la negociación.
Carmona elevó el tono de la discusión desde Bruselas, a donde viajó para obtener más respaldo de la Unión Europea (UE) a la cuestión Malvinas, una vez que el Reino Unido ha abandonado el bloque y ya no puede ejercer poder de veto sobre decisiones que involucran al archipiélago.