www.escenariomundial.com.ar – / 01/12/2023
El VGM Gustavo Pedemonte comparte su experiencia en el lugar de los hechos en Monte Longdon.
En un hito histórico, un equipo de arqueólogos argentinos ha llevado a cabo una investigación pionera en las Islas Malvinas, centrándose en los campos de batalla de Monte Longdon y Monte Tumbledown, dos escenarios cruciales durante el conflicto de 1982. La iniciativa, parte del proyecto interdisciplinario “El rostro y la savia de la Guerra de Malvinas”, dirigido por la antropóloga social e investigadora Dra. Rosana Guber, ha sido respaldada por el FONCYT y la agencia nacional de promoción de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación.
Juan Leoni, arqueólogo y miembro destacado del equipo interdisciplinario del proyecto, le expresó a Escenario Mundial los principales objetivos del mismo y la importancia en la búsqueda de la reconstrucción histórica del conflicto de 1982.
Leoni, al describir la magnitud del proyecto, detalló la relevancia de este enfoque interdisciplinario. El equipo ha trabajado para analizar los combates en Monte Longdon y Monte Tumbledown, dos puntos críticos en la batalla de Puerto Argentino, centrándose en las dimensiones del mando y la logística.
El equipo grupo arqueológico lo conforman Luis Coll, Carlos Landa, Sebastián Avila, Diana Tamburini, Juan B. Leoni y Alejandra Raies.
Este proyecto va más allá de la arqueología tradicional. Dado que las excavaciones no son permitidas en las islas, los arqueólogos han adoptado un enfoque no intrusivo. Leoni explica que se han dedicado a mapear meticulosamente las evidencias que perduran en los campos de batalla, siendo testigos de la preservación notoriamente buena de los restos, aunque afectada por el clima y la actividad humana posterior.
Restos de posiciones defensivas, áreas de descanso, y objetos que van desde armas hasta elementos personales han sido identificados y registrados con precisión. La colaboración con veteranos, como el cabo Gustavo Pedemonte y el teniente Raúl Castañeda, ha sido fundamental. Estos veteranos, parte activa del proyecto, revivieron sus experiencias, proporcionando información valiosa sobre la ubicación de posiciones y objetos, enriqueciendo significativamente la investigación.
La fase de campo incluyó el registro detallado de cada rasgo importante mediante GPS, vuelos con dron para modelar tridimensionalmente los cerros y fotogrametría para análisis específicos. Leoni destaca que, aunque no se puede intervenir directamente en el terreno, el trabajo ha sido complementado por entrevistas a veteranos y el uso de tecnología de vanguardia.
El arqueólogo subraya la importancia de la preservación de estos restos históricos, aunque señala que el clima y la creciente actividad humana han comenzado a deteriorarlos. A pesar de estos desafíos, el equipo ha logrado un mapeo exhaustivo que se convertirá en la base para una reconstrucción histórica más completa y objetiva de los combates en Monte Longdon y Monte Tumbledown.
La importancia de contar con los veteranos: experiencia en primera persona
El componente humano en la investigación de los campos de batalla de las Islas Malvinas ha demostrado ser crucial para la comprensión profunda de los eventos ocurridos en 1982. La participación activa de veteranos de guerra en el proyecto “El rostro y la savia de la Guerra de Malvinas” ha añadido una dimensión única, enriqueciendo la perspectiva arqueológica con relatos vivos y experiencias en primera persona.
Durante el proyecto, tres veteranos, con un papel destacado, revivieron sus acciones en Monte Longdon, siendo el cabo Gustavo Pedemonte y el entonces teniente Raúl Castañeda, participantes activos del combate. Estos valientes veteranos no solo compartieron sus recuerdos, sino que también se sumergieron nuevamente en los días previos al combate, realizando recorridos y visitando los lugares donde combatieron.
edora desde el punto de vista de la investigación, ya que aportaron información clave sobre eventos, ocupantes y situaciones cruciales.
Gustavo Pedemonte, quien estuvo prácticamente todo el tiempo con el equipo arqueológico, desempeñó un papel esencial. No solo proporcionó una visión única de los eventos, sino que también ayudó a interpretar objetos encontrados en el terreno. Esta colaboración estrecha permitió a los arqueólogos comprender mejor la función y el contexto de diversos artefactos, desde partes de armas hasta elementos personales.
Hito crucial
Leoni destacó la persistencia de restos históricos en Monte Longdon y Monte Tumbledown, a pesar de los desafíos naturales y la actividad humana. El equipo ha mapeado con detalle las posiciones defensivas argentinas, áreas de descanso y diversos elementos que incluyen armas, cocinas de campaña, frazadas, ponchos, latas de comida y municiones.
El enfoque sistemático de registrar estas evidencias permitirá la creación de un mapa riguroso que servirá como base para interpretar el desarrollo del combate. Este enfoque, combinando datos materiales con testimonios de veteranos, busca superar las lagunas y contradicciones presentes en las narrativas actuales. La visión crítica y analítica respaldada por evidencia empírica y científica busca contribuir a una reconstrucción más completa y objetiva de los combates, marcando un hito significativo en la comprensión histórica de este conflicto emblemático.
Con el proyecto entrando en la fase de procesamiento de datos, Leoni enfatiza que la información recopilada será compartida con los demás equipos del proyecto, generando una valiosa retroalimentación. La combinación de evidencia material con testimonios vivos de los veteranos promete ofrecer una visión más rica y analítica de la guerra de Malvinas, superando las lagunas y contradicciones presentes en las narrativas actuales. Este enfoque único, marca un hito crucial en la exploración histórica de uno de los eventos más significativos en la historia argentina.
Créditos de las imágenes: Juan Bautista Leoni