Gentileza del Profesor Jorge Raúl Entraigas.
El 6 de diciembre de 1825 en una circular el Gobierno de Buenos Aires había alertado acerca de los planes de Emperador del Brasil de enviar un ejército para “ocupar el establecimiento de la Patagonia con dos mil hombres, mover los indios y unidos a ellos invadir todas nuestras fronteras” Posteriormente el espionaje montado por el Cnl. Oribe en Montevideo tomo conocimiento de buques que llegarían a esa ciudad con 800 hombres para luego dirigirse a Patagones (comunicación del Gral. Alvear al Ministro de Guerra del 31 de agosto de 1826) – Los buque llegaron a Montevideo en setiembre de ese año pero allí se quedaron. Finalmente en octubre de 1826 se decide enviar esta expedición para “quitar al enemigo el único puerto que el quedaba (se refiere a Patagones) y la segunda abrir un nuevo frente al Gobierno de Buenos Aires, induciendo a los indios a renovar sus malones sobre la Capital de las Provincias Unidas”.
En cuanto al trato con los indios para conseguir una paz duradera y evitar los problemas de ataques desde el sur de Buenos Aires uno de los primeros en analizar las gestiones y trámites del Gobierno Nacional fueron los Historiadores Dora Noemí Martínez y Carlos María Gorla en un artículo publicado en La Nueva Era del 6 de marzo de 1977. Entre las primeras medidas que se tomaron fue por ello que se dejar sin efecto un decreto de 1821 que limitaban el intercambio de hacienda en Patagones (se procuraban impedir que se negociara hacienda robada en Buenos Aires) .
En los documentos de la época, después de la comisión de Mateo Dupín, se dice que “En cuanto a la aptitud de los indios los pampas y tehuelches habían manifestado una pacífica posición y si bien no eran los más numerosos su decisión por la paz iba a quitar fuerza efectiva a ranqueles y araucanos. También alertaban de los posibles intentos de los brasileros en el sur trabajos realizados por Rosas, Senillosa y Lavalle. Lacarra le informó a Ambrosio Mitre el 14 de marzo de 1826 que había tenido noticias de “que había arribado a Bahia Blanca un buque brasileño para traficar… Una carta del coronel Rauch a Lacarra se hablada de “la necesidad de mantener la amistad y alianza que tenemos con los Indios Tehuelchus”
Para finalizar dice Gorla que “A fines de febrero [de 1827] una avanzada de la división de Rauch fue destinada, por este a proteger a los cacique aliados, que se hallaban sobre el Río Colorado la cual debía contribuir ‘a la terminación de una empresa que – decía su Jefe el Capitán Molina – va a asegurar la frontera de ulteriores irrupciones”. Para concluir que “como en otras ocasiones fueron los tehuelches los eficaces colaboradores de Patagones, contribuyendo a dar tranquilidad a una región, como la del Río Negro que entonces era vital para la defensa de la integridad de la República Argentina”
Hechos de Febrero y marzo de 1827:
Día 25 de febrero: apareció frente a la barra del río Negro, una goleta con Bandera de los EEUU
Día 26: el práctico Guillermo White redobló la vigilancia y el 27 reapareció la goleta junto con dos corbetas y un bergantín, pero no pudieron entrar al río, De inmediato se avisó al fuerte esta novedad y el Cnl. Lacarra dispuso que se trasladen a la desembocadura el Cnl. Pereyra con la infantería compuesta por los negros, mientras los corsarios Harris y Soulin junto con Fourmatin reforzaban las defensas del Fuerte.
DIA 28: A las 9 de la mañana entran los brasileros al Río, pasaron el Bergantín y la Itaparica. Hubo una gran resistencia de Pereyra y los negros que pelearon con mucho heroísmo. La fortificación de la desembocadura fue destruida por el fuego enemigo, pero solo murieron dos soldados y el práctico Fiore. Al terminase las municiones el Cnl. Pereyra ordenó el retiro de las tropas, y la duquesa de Goyaz quedó varada en la Barra del río
1° de MARZO.: El jefe del Fuerte Lacarra con la Colaboración de la población y
corsarios se dedicó a organizar la defensa del Fuerte y a colocar los cañones que
estaban en una corbeta en arreglos Esa noche se le ordenó a Pereyra trasladarse
con su infantería y parte de la caballería hasta la estancia de Rial (distante unas 3
leguas y media del Fuerte) y seguir observando los movimientos de los
enemigos. Fueron armados y puestos en acción los gauchos de Molina.
Las operaciones navales quedaron a cargo de Jorge Bynon, a bordo de la Corbeta
Chacabuco y las operaciones terrestres a cargo del comandante Martín Lacarra
2 DE MARZO: Patagones estaba preparando su defensa. Llegó la noticia que estaban varadas la Duquesa de Goyaz y la Itaparica y que la Constancia todavía estaba tratando de entrar al Río. Se pensó en armar la flota, mandarla agua a abajo y atacar a los brasileros; estaban listos para partir cuando llegó la noticia que la Itaparica estaba de nuevo navegando. Mientras tanto el Alférez Gutiérrez junto con 12 gauchos de Molina llegaron a las cercanías de la desembocadura y vieron arder las instalaciones de madera de la batería y unos 200 soldados brasileros en sus inmediaciones.
DIA 3 de MARZO: Un fuerte viento del sudeste agito el mar y en horas de la mañana se hundió la Duquesa de Goyaz. La Constancia tuvo la misión de rescatar a los náufragos, aunque unos 39 murieron ahogados. En Fuerte se vivía en una tensa espera y vigilaban el accionar de los invasores.
DIA 4 DE MARZO: la Goleta Constancia entró al río y posiblemente por la sobre carga, provocada por el rescate de los náufragos de la Duquesa de Goyaz, debió hacer un desembarco de hombres en la costa sur, pero una partida de exploradores los atacó y puso en fuga. El historiador García Enciso cita fuentes que dicen “entró la goleta desembarcando parte de la tropa por el sud, se destacó una partida a perseguir esta, que abandonó los botes y parte de sus mochilas, marchó precipitadamente por la costa hasta ponerse bajo los fuegos de la Corbeta, la partida se aprovechó de las existencias y pegó fuego a los botes”. La Constancia y Escudero continuaron remontando el río
DIA 5: La Escudero y la Constancia llegaron hasta la Estancia de Rial donde se apoderaron de gallinas y alimentos. La Itaparica continuaba varada en la desembocadura. Estaban a unas 3 ½ leguas del Fuerte
La intención de Shepherd era la de adelantarse con estas naves, llegar al fuerte y tomarlo. Es probable que los gauchos de Molina que estaban en la Estancia de Rial ya se hubieran retirado de allí
DIA 6 DE MARZO: El coronel Lacarra convocó a una reunión de marinos y militares para decidir si “sería más conveniente batir al enemigos donde se encontraba” o esperarlos en el Fuerte.
Se resolvió atacar a los brasileros donde se encontraban y cuando las naves al atardecer estaban por iniciar su navegación llegó la noticia del desembarco de los invasores para emprender un ataque por tierra al Fuerte. Uno de los 1° que observó esta situación fue Antonino Cabrera, quien se lo comunicó al subteniente Sebastián Olivera, que se encontraba en la Laguna Grande. Por este motivo se detuvo la partida de los barcos y se dispuso que la caballería y los gauchos de Molina estuviesen en Laguna Grande, la escuadrilla de los corsarios al pie del Cerro y la infantería en el Fuerte.
Se supone que entre las 23 horas del 6 y las 2 del 7 de marzo los brasileros iniciaron su marcha hacia el Fuerte. En esta marcha Shepherd usó como guía a un negro brasilero
DIA 7 DE MARZO: los brasileros iniciaron su marcha a la 2 de la madrugada con unos 400 hombres, acompañaba a Shepherd, el teniente Marque Lisboa, y calculaban hacer un recorrido de más de 4 leguas (o sea unos 20 km) para llegar a destino alrededor de las 6,30 de la mañana.
En este día fue muy destacado el accionar de Molina y quien primero valoró su coraje fue el Historiador José Juan Biedma, al decir que el 7 de marzo en Patagones “Allí estaba el alma de la resistencia. Era un grupo de 22 hombres mal armados, pero amunicionados; y sin embargo aquel pequeño obstáculo impedía que quinientos brasileros en perfecto orden de batalla se posesionaran de la plaza que ya tocaban. El baqueano Molina preparábase con su partida de 22 hombre media oculta a desbaratar por una astucia bien conocida el plan de los invasores…”
A las 6,30 de la mañana del 7 de marzo y cuando las tropas brasileras se acercaron al Fuerte, Olivera quien ordenó una descarga de sus artillería, e hizo blanco sobre el cuerpo del Capitán Sherpherd (Comandante de las tropas invasoras) que quedó muerto.
A este hecho hay que sumarle la carga de la caballería de Olivera, el gran cansancio y sed de las tropas invasoras, quienes para salvarse de incendio de los pastizales, provocado por los gauchos de Molina, corrieron hacia el río para salvarse.
Bien lo describió el Comandante Lacarra en su parte, donde dice, que al amanecer del 7 de marzo “La división por tierra [de los brasileros que se dirigían a Patagones] fatigada por la marcha y mal camino durante la noche, y por el excesivo calor del día aumentado por el fuego del campo que se había incendiado por diferentes puntos, hostigada sobre todo por la sed, podía ya oponer poca resistencia, manifestándole hallarse ya apresados sus buque, y en el acto rindieron las armas”
Mientras tanto Bynon que el Fuerte de Patagones no corría peligro, al mando de sus naves atacó a la escuadra Brasilera. Rindió primero a la Escudeira; Harris persiguió y tomó a la Constancia y finalmente se rindió la Itaparica. A las 10 de la noche se había terminado el combate el Fuerte y los patriotas tenían a todo el ejército invasor prisionero.